martes, 27 de agosto de 2013

ENTREVISTA A ALISON BARRETT

 
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 Pregunta.- ¿Quién es Alison Barrett? ¿Cómo llegas a España?
Respuesta.- Soy inglesa, casada con Ken. Tenemos dos hijos, ya mayores, que viven en el extranjero. Llegamos a España a finales de noviembre de 1985, con la idea de aprender el idioma. Nuestra llamada original era para servir a Dios en Latinoamérica, concretamente en Bolivia pero, a consecuencia de unos obstáculos en el camino, decidimos hacer lo que estaba a nuestro alcance en ese momento. Así es como llegamos a Madrid, sin poder vislumbrar lo que iba a ser nuestro devenir  en los propósitos de Dios.

P.- ¿Fue difícil adaptarse a otro país? ¿Cuáles las ventajas y desventajas?
R.- Me costó. Ya había vivido en otro país, pero creo que no fue hasta llegar a España que realmente descubrí  que todos tenemos una mentalidad condicionada por nuestra propia cultura. Y no me gustó sentirme tan diferente. Por otro lado, esa experiencia me ayudó muchísimo a entender cómo se siente una persona que se encuentra en esa situación, por  la razón que sea. Más adelante, cuando ya empecé a apreciar y valorar la cultura de España, me di cuenta que había sido y es un enorme privilegio, conocer a fondo otro país y sus costumbres.

P.- ¿Cómo debe ser el misionero por excelencia?
R.- Un siervo que se acerca y se pone al lado de otros, para apoyar y  ayudar en lo que pueda. Una persona que se entrega al otro.

P.- ¿Ser parte en la misión de Dios implica sacrificio y abandono de muchos sueños personales?
R.- En un sentido sí, pero en mi experiencia he recibido muchísimo más que lo que he ‘perdido’. Creo que mi vida ha sido mucho más rica, gracias a este supuesto sacrificio.

P.- Sirves en la Obra, junto con tu esposo Ken Barrett,  en una iglesia evangélica  de Alcalá de Henares. ¿En qué ministerios participas?
R.- Colaboro con el ministerio a los niños, tanto los de la iglesia, como los ‘de la calle’; también con las mujeres y el ministerio pastoral en general. Además, cuatro de nosotras formamos un equipo para salir a la calle para buscar a las mujeres en prostitución y establecer una relación con ellas.

P.- Hace poco celebrásteis vuestro IV  Encuentro Anual de Mujeres. ¿Cuál el balance del mismo?
R.- Nos ha parecido bastante positivo. Cada año vamos aprendiendo más y nos esforzamos por mejorar en base a la experiencia. Este año todo resultó mucho mejor aún de lo esperábamos. Contamos con una conferenciante excelente en la persona de Erika Tester, que nos trajo un mensaje profundo revestido de sencillez, y el ministerio de los músicos fue preparado con esmero. Quedamos más satisfechos con los tiempos de comunión ‘libre’ que en otros años y, en total, tenemos muchos motivos de gratitud al Señor.

P.- ¿Con qué propósito nace este evento? Ya se celebran otros de este tipo…
R.- Para crear un punto de encuentro, aunque sea sólo una vez al año, para que las mujeres de Madrid, principalmente, puedan conocerse mejor en el ámbito de un encuentro en el cual van a recibir buena enseñanza. Hacía tiempo que se había dejado de celebrar este tipo de eventos en la Comunidad de Madrid, aunque sabemos que sí se celebran en otras regiones y a nivel nacional.

P.- La evangelización ocupa un lugar primordial en vuestra iglesia. Ya son referencia el Kofi Jaus y la Caja roja. Pero también sabemos que organizáis un mercadillo a favor de la Asociación Turmanyé de Perú.
R.- Sí, es cierto. Como iglesia apoyamos a Turmanyé y a Eli Stunt desde hace varios años. Cuando surgió la idea de hacer una exposición de labores, de parte de las mujeres, se propuso darle otro enfoque  dedicando los ingresos de la venta a Turmanyé. El primer año lo hicimos en un centro cívico cerca del local de la iglesia, pero desde que contamos con el Kofi Jaus, tenemos nuestro propio local. Esto nos permite dar a conocer la obra de Turmanyé y a la vez comunicar  a los vecinos del barrio ‘cuál es nuestra esperanza’.

P.- ¿Piensas que la misión que nos dejó Jesús es integral? Es decir, que la proclamación va de la mano de la compasión…
R.- Sí, sin lugar a dudas. En su primera carta Juan dice que debemos “andar como él (Jesús) anduvo”. Jesús vino para proclamar las buenas nuevas del Reino de Dios, pero lo hizo también por medio de su vida, no sólo por sus palabras. Vivía con la gente, intervenía en sus vidas, no se dedicaba únicamente a un ministerio de predicación. De la misma manera,  nosotros hemos de manifestar el Reino por medio de nuestras vidas, en lo práctico y en nuestra compasión por los demás.

P.- Muchas personas se están viendo afectadas por la crisis que azota España. ¿Conoces a alguna en particular?
R.- Hemos visto tantas personas afectadas de alguna forma, y las que hemos conocido más son las que han pasado por el Kofi Jaus, además de miembros de la propia iglesia. Me viene a la mente el caso de una mujer, inmigrante, con dos hijos, sin recursos, sin trabajo y totalmente vulnerable. Vino a este país con intenciones honorables, pero una desgracia en su vida personal coincidió con la crisis general, dejándola desamparada. Es doloroso pensar en tales personas que son como víctimas de un náufragio, luchando por agarrarse a una tabla en medio de aguas heladas. Como iglesias necesitamos sabiduría y compasión para ayudarlas de verdad.

P.- ¿Como mujeres crees que debemos pronunciarnos en temas como la violencia de género, la explotación sexual, la crisis de valores, etc.?
R.- Sí, creo que es importante que alcemos la voz para hablar desde un punto de vista bíblico. Estos temas están muy ‘manoseados’ en un sentido, y cada cual tiene una opinión. Pienso que la mujer cristiana tiene mucho que aportar si puede alejarse de lo recurrente, sobre todo lo que se oye de parte de feministas, para apuntar hacia la única persona que tiene algo verdaderamente relevante que decir: Jesucristo.

P.- ¿Habéis sufrido la intolerancia religiosa en algún momento?
Personalmente no, nada más grave que la incomprensión de los demás.

P.- ¿Qué desafíos tenemos las mujeres en este siglo XXI?

R.- Si te refieres a mujeres cristianas, creo que nuestro mayor desafío es vivir plenamente satisfechas con Cristo,  y vivir Sus valores en un mundo que constantemente nos dice que hemos de ‘realizarnos’ y buscar nuestra satisfacción en el trabajo, en una vida social emocionante, en una apariencia envidiable, etc.  Fil.3:7,8.

Gracias, Alison, por dedicarnos un tiempo para conocerte y saber de la labor que realizas, junto con tu esposo, desde la iglesia evangélica de Alcalá de Henares. 

1 comentarios:

elim-el oasis de Eva dijo...

Alison es un ejemplo de humildad y servicio para quienes la conocemos, espero que también lo sea para quienes puedan leer esta pequeña entrevista.

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